La cartografía no se deja reproducir dos veces igual, deviene siempre distinta en tanto que es un dibujo ¿cómo es posible sentarse y repetir un dibujo puesto que allí interviene un elemento diferencial que es el inconsciente?
El dibujo no responde a un esquema predeterminado, puede ser trazado informalmente, es decir con colores, con puntos o líneas según el código singular que cada uno le imprima y lo resignifique.
Responde a un código y tiene su propia fórmula, fórmula que le resulta útil y efectiva. Por lo tanto podríamos decir que en el caso de la cartografía no sería que A = A sino que A = B
La cartografía muestra la diferencia interna de cada uno de nosotros y la posibilidad de liberarla.
Volvamos entonces al concepto de cartografías de esquizoanalisis puedo dibujarlo caminando, soñando, comiendo, bailando, leyendo en grupo, solo, es decir en todas las situaciones cotidianas.
¿Qué es lo que dibujamos?. Nuestros trayectos, idas y venidas, entradas y salidas. Si tomamos en cuenta este concepto el entrar y salir de un conflicto hace que caiga la noción de conflicto.
La caída de la noción de conflicto nos trae otra noción: el acontecimiento.
Nuevamente volvamos al concepto de cartografías de esquizoanalisis. Cartografías de esquizoanalisis es el acontecimiento de nuestros trayectos.
Nuestros trayectos en cartografías de esquizoanalisis vienen sin destino. Hay que construirlo. Por eso decimos que es un pensamiento afirmativo. Alegre.
Dice Gilles Deleuze que el motor de la inteligencia es la alegría en tanto que aumenta nuestra potencia de obrar.
Obrar, pensar, imaginar es cartografiar nuestros sueños.
Al cartografiarlos los volvemos reales. De ahí, que lo real, que lo virtual es real, que el sueño es real y que lo irreal es real también.
Si tomamos la cartografía como dibujo de líneas de intensidades vemos: lineas zigzagueantes, líneas de puntos. Corredores en donde circula la vitalidad.
También habría puntos o configuraciones cerradas que operan como espacio de bloqueo de esa vitalidad que lentamente comienza a disminuir hasta a veces llegar a líneas de decrepitud.
Podríamos decir entonces que en una cartografía habría líneas lumínicas y líneas sombrías. Pero al coexistir en nosotros nos hace mantenernos en un estado de salud.
De ahí que la enfermedad no estaría separada de la salud sino que sería un matiz de la salud, tal vez más descolorido o más debilitado.

Stella Maris Angel Villegas

Buenos Aires. 2005