Áreas,
formas y cuerpos
Cuantas
formas tienes,
cuantas han de ser las líneas que te describen
como área rizomática, como trazo de multiplicidades
de estelas y prismas estructurados
en destellos mudables sobre la epidermis del viento.
Es imposible describir tus líneas,
moldearlas en tus espirales, las transversalidades
con tus puntos, los espacios neutros
con zigzagueadas ondas en rojizos blancos.
Develo un cuadrado entre tus brazos de
seda,
esa cuadratura de tu aroma
que se triplifíca al cubo en una suma de tus
catetos gráciles, que en tus delgadas manos
adhieren la espesura de la curvatura noche.
Me asombro al ver la línea perpendicular
que recorre tu muslo derecho semejando olas de lino
incrustadas en el silencio vertical
del tembloroso día.
De pronto, surge una cóncava caricia
de tu mirada
atrayendo la fisura vertebral que decolora la sien tibia
de mi respiro,
una línea que de tus brazos, manos y muslos
triangulan tu cuerpo como sombra invertida
en una línea dorsal convexa de mi beso.
Deseo dar algún resultado a la hipotenusa
que resulta
de tus curvas interjecciales
manifestadas como amplia hendidura
en el abismo circular de tu cuello.
De tus ojos brotan cuadrángulos
llameantes
entre ventiscas azuladas que erizan partículas sedientas
por el sólo asomo de tu vientre,
de las entrelazadas ansias que provocas al tacto
en el desenfreno halado de tus pardas líneas.
Hay incendios suspensivos, matriuskas que
invaden la lluvia
del oxigeno,
el esquivo ser de tu pelo que teje aromas de tus labios
en el plagado cielo de sueños
que sitúas cuando tu sangre hierve a flor de nervio...
Y solo, en la angustia de saber la tangencia
de tu cuerpo,
pretendiendo asir un círculo etéreo de tu
rombótico mar
que circunda lo dócil de tu respiro,
de tu secreto ser en la cúspide de tu seno...
Solo, entre la circunferencia de cada grumo
de tu nombre,
en esa tetra-triangular transmutación de tenerte
cerca,
en la septagónica marea que se adhiere a la metafísica
en el rayo aroma de tus ojos, aprendo, me aprendo lineal
espiral
transversalidad cóncava cuadratura interminable de
tus besos.